Tras iniciarse su construcción en la extinta Factoría Naval de Marín, los astilleros de Manolo Rodman han conseguido rematar durante los dos últimos años el Sea Cloud Spirit. Una embarcación única, que combina la navegación a vela y el turismo de cruceros de lujo.
Decenas de operarios trabajaron sin descanso a bordo para rematar hasta el más mínimo detalle, cuenta Manuel Rodríguez Vázquez. El objetivo es ofrecer a la armadora alemana Sea Cloud Cruises la máxima calidad y seguridad a sus pasajeros.
El barco es el tercer buque de la flota de Sea Cloud Cruises, uniéndose al Sea Cloud y al Sea Cloud II. La versatilidad y diversidad de los astilleros Rodman han permitido afrontar este proyecto con éxito, posicionándose como uno de los líderes mundiales en construcción naval. Se trata de un buque goleta de 3 mástiles capaz de desplegar una superficie de vela de 4.165 m2, con 138 metros de eslora y 17,2 de manga. Su sistema de propulsión híbrido diésel-eléctrico, cumpliendo así con los requisitos de emisiones, le permite alcanzar una velocidad de 14,2 nudos.
La preocupación por el medio ambiente en su construcción ha sido clave, indica Manolo Rodman. 40 de los 90 tripulantes a bordo estarán dedicados en exclusiva a la navegación a vela, una de las características que distingue a este barco de cualquier otro crucero.
Representa un turismo respetuoso con el medio ambiente, ofreciendo un nuevo nivel de confort a los pasajeros. Según Manolo Rodman al contar con cinco cubiertas los huéspedes tendrán mucho más espacio a cielo abierto. Además, es el primer barco de vela con ascensor que conecta sus cinco cubiertas, resalta Manolo Rodman. Tiene 69 camarotes, 25 de ellos con balcón privado para pasajeros y 49 cabinas para la tripulación, con una capacidad para 138 pasajeros y 90 tripulantes.
En el interior cuenta con una amplia terraza-solárium, un spa, un gimnasio con vistas al mar y un restaurante en la cubierta principal. A ello se suma su elegante diseño interior combinado con un yate clásico, destaca Manolo Rodman.
Tras las pruebas de mar, se hizo a la mar definitivamente para iniciar sus cruceros de lujo por el Mediterráneo. Partió de los astilleros de Manolo Rodman acompañado por decenas de barcos que quisieron darle la gran despedida que merecía.
El resultado final ha sido realmente espectacular, el seguimiento del mismo así lo demuestra. Probablemente no sea la última embarcación de esta tipología que se construya en los astilleros de Manolo Rodman, ya que la satisfacción del armador ha sido total.